15 de diciembre de 2016

Primer reemplazo

I. Los WhatsApp que no llegan

El primer paso fue encontrar sustituta
y tras esto se dio lugar a una
un poco más alta y más rubia,
con más carne que ternura.
Que acabó moviendo muebles
y cambiando sábanas naranjas
por cómodas blancas.
E hizo todo esto tan lentamente,
que pensé que nos fundiríamos en
alguien común y con menos encanto,
más mayor y más aislado.

Finalmente, me di cuenta
que muchas veces
las situaciones se crean
porque así se requiere.
Y cuando sabes que el final está cerca
sólo puedes limitarte a actuar,
aunque sepas que no queda nadie tras la escena
y que el tiempo fluye a contrarreloj,
haciendo que la obra acabe mejor de lo que debiera
y los actores principales sepan que se acabó.
Que todo está perdido,
que sólo nos queda una tarde haciendo maletas,
esperando un maldito whatsapp que no llega.

Donde al final acabas viendo un anochecer
cuyas sombras se mezclaban como arañas,
oscuras, naranjas y moradas.
Donde E. se fundía con la habitación
y yo misma quedaba en un segundo plano,
viendo la escena en tercera persona
desde el cuadro abstracto que teníamos colgado.
Donde una entrada no esperada
supuso el punto y final
en ese teatro que teníamos montado.
Donde las últimas palabras dichas
fueron mis insultos tras un beso secuestrado.

Ekki Múkk – Sigur Rós

13 de diciembre de 2016

Varúð

M. se me doblegó el jueves pasado tachando de niñatos a aquellos que llevo conociendo desde hace un año. No quise responderle en términos fatídicos, aunque la situación así lo requiriera, ya que mi respuesta hubiese sido similar a esta:
- Mauro querido, no peques de ver la paja en el ojo ajeno cuando me estás diciendo esto mientras estás sentado en un banco a poca distancia de ellos, con una cerveza en una mano y en la otra un cigarro. Porque sí, puede que sean unos niñatos, pero la mayoría apenas rozan los veinticinco años. Y permíteme que te diga que prefiero eso a que hagan lo que haces tú, quedarte estático neandertal mientras ves la vida pasar. Porque justamente por ser jóvenes, hacen todas esas cosas:

Los he visto romper señales de tráfico y montarse en ellas para surfear las olas de las aceras.
Son capaces de crear performances al ver un pájaro muerto en plena Alameda,
Y corretear tras las chicas grillo en mano como haría cualquier niño de ocho años.
Hemos cogido taxis a menos de cinco calles de nuestras casas, porque la lluvia era demasiado alta.
Los he visto recrear procesiones con rebecas en la cabeza a modo de mantillo en plena calle Tetuán.
Han escalado árboles tan altos que han partido ramas al intentar darles un abrazo.
Y tirarse botes de pintura por el cuerpo únicamente para explicar la desesperanza de nuestro pueblo.
Capturan sombras de transeúntes a base de tiza de colores con algún que otro retoque.
Y sí, fuman y beben cual Hemingway sin haber pasado por una guerra porque pueden.

7 de diciembre de 2016

Sed Dios

Cómo lo hacen esas mujeres
Tan valientes
Escritoras, artistas, actrices
Valientes
Puede que algo inconscientes
Pero siempre valientes.
Periodistas, madres, amas de casa
Sin casa ni hogar que las guarde.

Se nos dan las llaves de la vida.
Se nos dice:
Sed como Dios.
Tened el don de dar vida y quitarla
Según queráis.
Pero no se nos da instrucciones para llevar la nuestra,
Y la llevamos a cuestas sin saber dónde vamos a parar.
Se nos dice:
Estudiad, y llegad lejos.
Pero somos autómatas que creen saber lo que hacen
Y luego descubren estar más perdidas
Que Alicia en la ciudad.

1 de diciembre de 2016

Slowly, I Could Die

El que dijo hacerse pasar por el padre prefirió irse a la cama sin leerme.
Porque así le era más fácil. Porque así le era más conveniente.
Yo en estas horas a deshora sólo consigo llegar a preguntarme
cómo cojones lo hacen
para seguir con vida
y adelante
aquellas personas con escasos años
más que yo
porque ya lo tienen todo.
Casa, trabajo y gatos.
Otros incluso marido e hijos.
Y yo, que apenas llego a las dos docenas
Sólo sé que me voy tan lejos
como un billete de avión me deje.
Y que el trabajo vendrá solo, igual que los niños
y sus consiguientes salidas al parque.
Y que tendré que dejar de fumar,
y puede que incluso beber y leer,
porque para mí no hay posibilidad de entender los libros
si no hay anestesia local que me deje la cabeza hueca
para echar a un lado todos aquellos pensamientos que me entierran.
Y que el arte en sí, con sus pinturas, música y esculturas
irán a otra parte, tan lejos
que quizá aquel busto hecho con barro
que B. me hizo hacer en cinco minutos y rápido
será todo el material que vaya a tocar jamás.

Silk - Wolf Alice