13 de julio de 2017

Metáforas de vida

Mi corazón bombea un líquido hidrocarburo antimoral
que se va a la mierda todos los viernes por la noche, y no
vuelve a amanecer hasta bien entrado el jueves. Entonces,
vuelvo a maltratarlo hasta dejarlo tan extenso que
abarca una medida de dos yardas y, media
docena de vacíos que se van llenando a base de
plantas que crecen tan verdes como los árboles
en mis pulmones.

Poco a poco, comienzo a entender las costumbres de Bukowski e incluso
Hemingway, que se van adentrando en mi mente en lenguas que antes
no podía casi pronunciar, y ahora
son la base de mi vida.

***

No quiero decir que sea sencillo dar por sentado
que somos como vasos en blanco, de estos que te llevas al parque
estando en un picnic y son de plástico.
No.
Aquí ha habido noches que las he pasado teñida en blanco,
y otras, que lo más puro han sido finas líneas de colorante
que he visto inhalar a amigos en parques perdidos por Brick Lane.

***

He pasado tantos años de mi vida intentando maximizar cualquier
sentimiento que pudiera caber en este espacio, que ahora, lo
extraño es que vuelva a sentir algo.
Así que me ves vagando por calles que no debería a horas
en la que cualquier chica se asustaría y yo, simple y llanamente,
doy por sentado que es el destino el que viene llamándome, y por ello
he visto la primera obra de Banksy a través de un garito algo acribilllado
y yo, algo o más ciega que los que tenía al lado.

Castle on the hill - Ed Sheeran