-¿Y tú? ¿Qué vas a hacer?
Y esa pregunta resonó clara en su cabeza, como algo que
llevas preguntándote tiempo pero nadie se atrevía a formular realmente. No
tardó más de un segundo en contestar, como un impulso de sangre a la cabeza,
pero por dentro pasaron miles de preguntas a la vez.
¿Qué vas a hacer? ¿Qué voy a hacer mañana? ¿Qué haré dentro
de unos años? ¿Qué haré hoy? ¿Qué será de mi en unos meses? ¿Y hoy? ¿Esta tarde
misma? ¿Es esto todo lo que espero? ¿De verdad alguien va a creerse que esto me
gusta, que esto tiene algún significado para mi? ¿Alguien me ve gritando detrás
de todo este montaje? ¿De verdad quiero dedicarme a esto el resto de mi vida? No
quiero, no quiero, no quiero, no quiero…
No sé qué haré hoy, ni mañana, ni la semana que viene. No sé
qué será de mi hoy, ni mañana, ni el mes que viene. Que no espero nada, porque
nada hay que esperar, y a la vez lo espero todo, porque todo es lo que me juego
día tras día. Y todos se creen que me valgo por mi misma, que adoro este
trabajo, que es un pasatiempo, que valoro mucho las notas, que en realidad no
me valen nada. Nadie ve nada, nadie me ve. Y no quiero, no quiero, no quiero,
no quiero…
-No lo sé –respondió esa interrogación sonora que llevo
dentro.
A rush of
blood to the head - Coldplay