¿Se puede definir a
una persona por lo que no es?
Su vacío, su
otredad, su no-ser,
“allí donde no
hay nada, imploro que exista algo”
El Hambre, con
mayúsculas, del que hablaba Nothomb.
Y luego, los
abortos, las continuas reglas que no paran de
repetirse haciendo
eco de aquello que no es.
No eres rojo pasión,
rojo
comunista, roja
de vergüenza,
roja
rota goteando en los
labios
menores mientras la
porcelana blanca del baño te demuestra
que sí lo eres,
que sí eres
roja y burdeos y
bermellón y a veces
hasta vino y carmín.
Si yo no soy
pintora, por qué
este cromatismo
llevado al extremo,
la alabanza a Freud.
A cuento de qué
la finura marmólea
sobre el papel,
la tinta
encasillada, los astros
en forma de
puntillada.
Por qué
el barro no se
desdobla si no es
a base de dedos,
agua y hierro.
Por qué
el carbón no se
hace trizas a menos
que unas manos lo
froten con fuerza
sobre el papel gris.
Porque
para construir,
primero
hay que destruir.
Interlude - The Blace