Ahora soy

Oye Hachi, hace siglos que no escribo a ese amigo llamado corazón, que siempre pensaba tener encarcelado en el más fuerte ataúd, para darme cuenta más tarde que en realidad no tenía más que unas pocas hojas de papel echas de cartas rodeándole. Ahora siento, no veo, o escucho, o simplemente espero. Ahora actúo. Tengo que ir hilando uno a uno mis errores, trabajando poco a poco la confianza que he perdido en muchos y cumpliendo la promesa que hice nada más comenzar el año.

Creo que por fin comienzo a cambiar de verdad. Dejo de intentar querer comprender todo  para empezar a sentir. Pararse a ver todo lo que te rodea a veces es sinónimo de avanzar. Me di cuenta que en la vida no es que cada uno tenga su propio camino y tenga que ir eligiendo en cruces; no, la vida es más simple que eso, es como una gota de agua cayendo por un cristal, donde se va cruzando con otras y al final acaban cayendo todas juntas, remezcladas, unidas, entrelazadas, dejando a su paso un río de memorias y recuerdos.

Hachi, ¿dónde se van las preguntas cuando se quedan dentro de la mente? ¿La otra persona las escucha? ¿Podrán las palabras ser dichas con actos? ¿Y los actos podrán ser culpados de testigos de éstas? No lo creo… Ni siquiera muchas palabras son suficientes para explicar cómo me siento. Ahora soy el juego, soy la señal, soy el castigo…

… 16 – Héroes del Silencio