Maldigo al momento de la soledad, porque por la noche no
hago más que llorar y a la mañana siguiente no se si me quiero algo o no. Luego
me doy cuenta que es porque ahogo el alma en cualquier cama y que estoy sobreviviendo
a base de inyecciones y sueros. Que del templo del amor no me queda ya ni
cuerpo, ni corazón.
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