Hoy te gustaría hablar sin tapujos, de estas veces que cuando
acabas y te paras a pensar en lo dicho, te hubiese gustado haberte mordido la
lengua y ser más sensata. Y es que sabes que no podrás estar tranquila hasta
que lo sueltes todo. Que te quedaste muerta, dices cuando pasas por las calles
desiertas. Que el tabú que se quede sin el
Tú, que ya estoy yo con mi vergüenza
comenzando a hablar a rienda suelta. Que me confundes, no lo niegues, que ya sé
yo de que material estás hecho, de ganas que se quedan en ganas y risas
enlatadas.
Mientras tanto, no me mires idiota, yo ya no existo para
nadie. Que soy la que te empuja de la balsa y luego te
rescata. O la que te desviste mientras hablas. Que en el fondo no necesito tu
compasión, y tampoco la quiero, de ti solo quiero unos cuantos besos. Pero
hagamos como que nunca leíste nada, tu con la música alta y yo gritándole a la
nada.
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