23 de junio de 2013
19 de junio de 2013
Erosión del tiempo
- Oye Nana, ¿nunca has sentido que los momentos preciosos pasan excesivamente deprisa y que los momentos tristes duran demasiado? Somos capaces de medir el tiempo con intervalos idénticos entre sí, pero, en realidad, jamás consiguen asemejarse entre ellos.
- Es cierto que a veces los segundos pasan demasiado cómodos entre las agujas del reloj, o en la luz brillante y cambiante de los que son digitales. Pero no por ello debemos olvidarnos que el tiempo, por el simple motivo de ser tiempo, es cuanto menos inestable. Pasa dulce en los buenos momentos y amargo en los malos, es un hecho. Lo difícil, es no dejar que se deslice entre los dedos.
- Sí que es difícil evitar que el tiempo no se escabulla entre tus dedos, pero es imposible no abrir la mano cuando el éxtasis te invade. Aunque intentes impedirlo, es irremediable dejar escaparlo cuando te sumerges en la felicidad. Me pregunto si habrá algún lugar a donde vaya a parar todo este tiempo que dejamos ir.
- Yo creo, querido, que el tiempo se pierde en el fondo del alma. Cada instante que vivimos se halla en nuestro interior, como un baúl de los recuerdos. Somos nuestro propio reloj. Somos todo aquello que hemos hecho o que quisimos hacer. Somos el tiempo en todas sus formas, unas simples, otras compuestas.
- Afortunado aquel que en su interior haya ingentes cantidades de tiempo, pues habrá sido realmente feliz o, quizá, desdichado por haber saboreado demasiado aprisa esta vida que tan poco dura. Lo cierto, es que si consigues llenar de felicidad a los que te rodean haciendo que su reloj acelere, todo el tiempo malgastado, no habrá sido en vano.
Escrito con Jesús, dueño del blog "El extranjero de sí mismo", el cual recomiendo totalmente :)
- Es cierto que a veces los segundos pasan demasiado cómodos entre las agujas del reloj, o en la luz brillante y cambiante de los que son digitales. Pero no por ello debemos olvidarnos que el tiempo, por el simple motivo de ser tiempo, es cuanto menos inestable. Pasa dulce en los buenos momentos y amargo en los malos, es un hecho. Lo difícil, es no dejar que se deslice entre los dedos.
- Sí que es difícil evitar que el tiempo no se escabulla entre tus dedos, pero es imposible no abrir la mano cuando el éxtasis te invade. Aunque intentes impedirlo, es irremediable dejar escaparlo cuando te sumerges en la felicidad. Me pregunto si habrá algún lugar a donde vaya a parar todo este tiempo que dejamos ir.
- Yo creo, querido, que el tiempo se pierde en el fondo del alma. Cada instante que vivimos se halla en nuestro interior, como un baúl de los recuerdos. Somos nuestro propio reloj. Somos todo aquello que hemos hecho o que quisimos hacer. Somos el tiempo en todas sus formas, unas simples, otras compuestas.
- Afortunado aquel que en su interior haya ingentes cantidades de tiempo, pues habrá sido realmente feliz o, quizá, desdichado por haber saboreado demasiado aprisa esta vida que tan poco dura. Lo cierto, es que si consigues llenar de felicidad a los que te rodean haciendo que su reloj acelere, todo el tiempo malgastado, no habrá sido en vano.
Escrito con Jesús, dueño del blog "El extranjero de sí mismo", el cual recomiendo totalmente :)
13 de junio de 2013
Solo un sueño
Toqué fondo
cuando implorando paz, te acercaste a mi suavemente. E intentando hacerte el
indiferente, caíste completamente sobre mi.
Dormimos
algunos minutos en silencio, disfrutando aquella mudez embriagadora que casi
nos deja hipnotizados. Entonces, no sé bien cómo sucedió ni cuál fue el segundo
de partida, que comenzaste a susurrar(me),
ni cuándo fue que hice oídos sordos a lo que (me) decías, que (te) di los tres
besos más perfectos nunca dados.
El primero fue
en la curva que queda entre tu oreja y tu clavícula.
El segundo fue en centro asfixiado
de tu garganta.
El tercero lo dejé caer en la cima de tu hombro.
Porque el
último beso, ese último me lo diste tú y fue a parar a mis labios.
For you - Coldplay
3 de junio de 2013
Hablando por hablar
Nunca se me dio muy bien esto de escribir sobre
sentimientos. O directamente no se me da bien escribir. Punto.
Pero siempre
acabo añadiendo un párrafo de más en todos mis textos. Hablando de un verso que
estuvo callado a la vez que anhelado. Gritando un silencio amargo en cada paso o
dando un suspiro nunca escuchado.
Hoy empecé dibujando tonterías y
acabé recordando. Sintonizando señales para acabar dándole forma a
los pocos pedazos que quedan ya, si es que acaso queda alguno. Pero siempre
ocurre lo mismo.
Maldita la hora que me callé
pudiendo haber dicho tanto.
Magia y efectos especiales - Izal
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