Nunca se me dio muy bien esto de escribir sobre
sentimientos. O directamente no se me da bien escribir. Punto.
Pero siempre
acabo añadiendo un párrafo de más en todos mis textos. Hablando de un verso que
estuvo callado a la vez que anhelado. Gritando un silencio amargo en cada paso o
dando un suspiro nunca escuchado.
Hoy empecé dibujando tonterías y
acabé recordando. Sintonizando señales para acabar dándole forma a
los pocos pedazos que quedan ya, si es que acaso queda alguno. Pero siempre
ocurre lo mismo.
Maldita la hora que me callé
pudiendo haber dicho tanto.
Magia y efectos especiales - Izal
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