- ¿Por qué él? ¿Por qué él y no cualquier otro?
- No lo sé, pregúntale al agua por qué cae sobre ti cuando llueve.
- Eso te ha quedado muy poético para ser tu.
- Ya, pero no por ello deja de ser verdad.
Y me sonrió mientras se llevaba a los labios aquel vaso lleno de veneno del alma.
Bonita entrada, guapa ^-^
ResponderEliminar¡Ya era hora de que empezaras! Te va a gustar mucho, mucho, mucho, muchísimo ese libro.
Un beso, ADE♥