Tuve una epifanía a las 2:20 de la mañana. Buena hora para los
madrugadores. Igualmente mala para los que aún seguimos despiertos.
Quizás por la ventana vuelva a salir
corriendo. Pero no se puede, ya no. Los barrotes te lo impiden y no es bueno
medir distancias desde este lugar, donde una noche antes Lucía soñó que nos
robaban y a lo mejor fue verdad. Que un ladrón llegó por la noche y dejó la
casa vacía y patas arriba. Algo así como yo.
Y hoy alguien me habló de un paraguas
amarillo y una chica que corrió tanto que casi ahogó a la lluvia que caía
esquina tras esquina. Ahora quien se cae y se ahoga es otra y un poco yo
también. Que esto de estar en mitad de dos patios nunca fue bueno, sobre todo
si cada uno tira de una fracción y el centro se queda parejo. ¿Qué hacer si el
corazón bombea y no hay manera de convertirlo en piedra? Aunque lo mismo con
estas pocas aristas lo tallo y le doy forma.
Sticks and Stones - Jónsi
No hay comentarios:
Publicar un comentario