Me han vuelto esas ganas de leer a Cortázar, de volver a
París y a hace veinte años antes de que nacieras tú. Aunque qué sentido tiene
eso si entonces todavía no había salido a la luz, que yo seguía navegando en esas aguas profundas con
mi submarino sin nada de súper. Y ahora me gusta ir a ese bar porque se escucha
mucho a ese supersubmarino, ¿o era Supersubmarina lo que se escuchaba y yo me
equivoque con el bar de otra esquina?
El hecho es que haces que vuelva a tener un suspenso tras
otro, y ya no tengo el alma para fiestas, al menos no si no hay alcohol. Y ¿cuántos
sucesos? ¿Cuántos hombres? ¿Cuántos tantos tengo que marcar para que esto no se
vuelva a deshilachar? Porque sabes bien que nunca fui muy buena en este juego y
el suspenso siempre me he llevado yo.
Anoche creo que el cielo me habló, pero di por hecho que mentía. ¿Quién sino sería capaz de
hacerme el odio desde la otra orilla? Porque yo quiero escuchar tu mentira en versión acústica, con las luces bajas y la música apagada. O con las luces apagadas y la música bajita. Eso lo dejo a tu elección.
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