Pero hubo otras tantas veces en el camino que nunca contaron.
O tal vez sí.
Y entonces una de ellas, esa que te hizo temblar al despertar y te hizo caminar.
Esa que casi te hizo llorar.
Esa, y sólo esa, fue la que te hizo decir sí.
Your hands are cold - Dario Marianelli
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