1 de agosto de 2016

Guerra de entre-tiempos sintigo: Parte 4º

Tras la Catedral

La noche que más me impresionaste fue
cuando tras correrte,
me levantaste hasta que todo mi cuerpo
estuvo sobre el tuyo.
No sé si fue una triste historia
o no.
Lo único que sé es que hubo unos milisegundos
en los que nos quisimos tanto
que al compás la respiración y los latidos
iban unidos al abrazo y los besos que nos dimos.
Y que el resto de cosas que nos rodeaban,
las sábanas naranjas,
la ventana con su luz,
las paredes blancas,
el grito de los muelles asfixiados
por el peso de dos seres que se aman
aunque sea solo por un rato,
todo ello, desapareció.
Sólo quedó un ente abstracto
que besaba cuello, hombros y brazos
no fuera que el otro desapareciera.
Y de lo unidos que estaban
permanecieron estáticos
durante tantos minutos que pensaron
que podrían quedarse así mil años.

Í Annan Heim - Rökkurró