31 de mayo de 2013

Corazones

- Mi corazón es traicionero -dijo el muchacho al Alquimista cuando pararon para dejar descansar un poco a los caballos-. No quiere que yo siga adelante.
- Eso es una buena señal -respondió el Alquimista-. Prueba que tu corazón está vivo. Es natural que se tenga miedo a cambiar por un sueño todo aquello que ya se consiguió.
- Entonces, ¿para qué debo escuchar a mi corazón?
- Porque no conseguirás jamás mantenerlo callado. Y aunque finjas no escuchar lo que te dice, estará dentro de tu pecho repitiendo lo que piensa sobre la vida y el mundo.
- ¿Aunque sea traicionero?
- La traición es el golpe que no esperas. Si conoces bien a tu corazón, él jamás lo conseguirá. Porque tu conocerás sus sueños y sus deseos, y sabrás tratar con ellos. Nadie consigue huir de su corazón. Por eso es mejor escuchar lo que te dice. Para que jamás venga un golpe que no esperas.

El muchacho continuó escuchando a su corazón mientras avanzaban por el desierto. Fue conociendo sus artimañas y sus trucos, y aceptándolo como era. Entonces el muchacho dejó de tener miedo y de sentir ganas de volver, porque cierta tarde su corazón le dijo que estaba contento. <<Aunque proteste un poco -decía su corazón- es porque soy un corazón de hombre, y los corazones de hombre son así. Tienen miedo de realizar sus mayores sueños porque consideran que no los merecen, o no van a conseguirlos. Nosotros, los corazones, nos morimos de miedo sólo de pensar en los amores que partieron para siempre, en los momentos que podrían haber sido buenos y que no lo fueron, en los tesoros que podrían haber sido descubiertos y se quedaron para siempre escondidos en la arena. Porque cuando esto sucede, terminamos sufriendo mucho.>>


El Alquimista, Paulo Coelho

26 de mayo de 2013

Ni un sonido

Ha pasado ya algún tiempo desde que dije:

"¿El futuro? No sabes si será bueno o malo, por eso lo dejas estar y no quieres preocuparte. Pero… ¿qué ocurre ahora con el pasado? Parece que ya nadie se acuerda. En realidad todo sigue estando igual que antes; los lugares, las personas, los olores… Todo vuelve a repetirse como si en realidad hubiera pasado un instante. Un instante, mismo sitio, misma persona, diferentes palabras que solo las recuerda el eco… y tu memoria."



Hay quienes pasan página, sé de alguno que se despista y le queda alguna que otra doblez, otros directamente queman el libro y su historia. Llámame loca, pero lo cierto es que no creo en nada de eso. Ya pasas página cada día que vives aunque no lo escribas, y si te fijas en libros antiguos verás que las esquinas siempre están algo dobladas. Aunque, ¿quemar un libro? No por ello las palabras desaparecerán de tu conciencia.

Tal vez es que en estos tiempos insanos no quede sitio para lo que una vez fuimos o nunca dejamos de ser. Nos concentramos demasiado en nuestros problemas sin vivir el momento. ¿O alguien sería capaz de decirme la última vez que vivió de verdad sin tener que irse a algo que pasó hace meses o años? A lo mejor es que todos estamos enfermos.


Pero toda enfermedad tiene cura por mucho que no queramos ver.

19 de mayo de 2013

Ungravity

A veces pasa, y pasa antes de darnos cuenta siquiera. Pasa y entonces sentimos que el frío nos invade, que las luces están marchitas y con ellas nuestra vida. Y mires a donde mires no tienes a qué aferrarte, que el tren pasó deprisa y la estación está vacía.

A veces pasa, y entonces tu corazón vuelve a latir a un ritmo constante. Pasa y mirar por la ventana es la única salida, porque ya no tienes puerta en la que esperar.

Entonces pasas a un crepúsculo infinito, sin saber bien cuándo acaba el día y dónde empieza la noche. Pasas a un comienzo nuevo sin estrellas o espejos, sin viento que te enrede y te deje sin aliento. O a no tener que esperar que alguien te mande un mensaje de buenos días, ni de buenas noches. Quemas las cartas y la habitación luce un poco cargada de aire que se asfixia. Es ahora cuando abres la ventana y el humo se escapa. Solo quedan ahora unas cuantas cenizas y una carta viva.


Facing demons - Zack Hemsey

17 de mayo de 2013

Etéreo

Abre los ojos, pero ábrelos de verdad. Como cuando te levantas por la mañana en ese estado de incertidumbre, y poco a poco tu memoria hace eco y sabes lo que echas de menos. Y entonces, y sólo entonces creo que es cuando estamos limpios. Limpios de todo pensamiento impuro y falso, limpios de engaños y desengaños. Porque en una milésima de segundo, nuestra llama pasa fugaz y arde el deseo que un día te dejó seco. Pero claro, todos estamos hechos del mismo material y dejamos pasar ese pensamiento haciéndolo parte del sueño.

Y ahora pregunta, ¿y si el deseo se hiciera realidad? ¿Y si dejáramos rienda suelta al pensamiento? ¿Y si a cada sentimiento le diéramos forma? ¿Y si a cada sueño se le dedicara un respiro para que alguien lo inhale y le diera color a su aura?

Tal vez, y solo tal vez, todo sería diferente.



Varðeldur - Sigur rós

3 de mayo de 2013

Norias

Siento si soy un poco bruta, pero estar así me puede, y en esta época empiezo a denotar la nostalgia que se apodera de mi y me hace querer cambiar, porque hace ya unos años que juré hablar claro mientras pueda. 

Creo que ya estamos todos un poco creciditos para dejar de intentar huir y poner excusas baratas, que el tiempo nos hace débiles y estar solos solo nos aleja. Se que es difícil, ver que la noria de vida que tenemos montada sube hasta el cielo y antes de darnos cuenta ver que baja, y parece que baja hasta el subsuelo. Y ahí comienzan las inquietudes y miedos que no queremos hacernos cargo por esperar que cuando subamos a flote estas ya se hayan disipado. Y para los otros, esos pocos que no se atreven nunca hablar y estan callados, decirles que qué esperáis para gritarle al mundo aquello que os tiene encarcelados. Que las cosas importantes no son las que se guardan, sino las que se sacrifican. Y perdón por aquellos que sigáis en las mismas tras todo esto, pero yo hace ya algún tiempo que quiero dejarme de formalismos y hablar claro, que no me queda nada por perder y aun estoy a tiempo de ganar tanto.

Mi suerte - Vetusta Morla

1 de mayo de 2013

Sin sentido

A veces me gusta pensar que todo esto es solo una gran broma que hay montada.
Y prefiero eso porque me río y me engaño a la vez, porque sé que en el momento que me pare a pensar y sentir de verdad, saltar por la ventana es lo único que se me pasará por la cabeza.