19 de junio de 2013

Erosión del tiempo

- Oye Nana, ¿nunca has sentido que los momentos preciosos pasan excesivamente deprisa y que los momentos tristes duran demasiado? Somos capaces de medir el tiempo con intervalos idénticos entre sí, pero, en realidad, jamás consiguen asemejarse entre ellos.

- Es cierto que a veces los segundos pasan demasiado cómodos entre las agujas del reloj, o en la luz brillante y cambiante de los que son digitales. Pero no por ello debemos olvidarnos que el tiempo, por el simple motivo de ser tiempo, es cuanto menos inestable. Pasa dulce en los buenos momentos y amargo en los malos, es un hecho. Lo difícil, es no dejar que se deslice entre los dedos.


- Sí que es difícil evitar que el tiempo no se escabulla entre tus dedos, pero es imposible no abrir la mano cuando el éxtasis te invade. Aunque intentes impedirlo, es irremediable dejar escaparlo cuando te sumerges en la felicidad. Me pregunto si habrá algún lugar a donde vaya a parar todo este tiempo que dejamos ir.


- Yo creo, querido, que el tiempo se pierde en el fondo del alma. Cada instante que vivimos se halla en nuestro interior, como un baúl de los recuerdos. Somos nuestro propio reloj. Somos todo aquello que hemos hecho o que quisimos hacer. Somos el tiempo en todas sus formas, unas simples, otras compuestas.


- Afortunado aquel que en su interior haya ingentes cantidades de tiempo, pues habrá sido realmente feliz o, quizá, desdichado por haber saboreado demasiado aprisa esta vida que tan poco dura. Lo cierto, es que si consigues llenar de felicidad a los que te rodean haciendo que su reloj acelere, todo el tiempo malgastado, no habrá sido en vano.




Escrito con Jesús, dueño del blog "El extranjero de sí mismo", el cual recomiendo totalmente :)


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