Oye Hachi… siento decirte que creo que esta carta será algo contradictoria.
Me temo, que cuento cada día que pasa para verle, y a cada palabra que leo, se me ahoga un grito en la garganta. Estas semanas, se me hacen largas, pero… sinceramente, no sé exactamente qué hacer.
Aún ahora, sigo recordando todo como el primer día. Esta época me resuena tanto en la cabeza… Se dice que recordamos mejor a las personas por cómo nos hacen sentir más que por lo que hacen o dicen, y en mi caso no me cabe la menor duda. A veces… mis sueños juegan conmigo y me hacen revivir todos esos momentos: el banco del patio en invierno, las noches de primavera con el cielo en nuestras cabezas y las luces a los pies, el verano de las calles nuevas…
Hachi, me sigo preguntando tantas cosas, y a la vez me contradigo tanto, que de verdad temo que vaya a explotar, no creo que sea buena idea todo esto, pero… ¿Por qué siguen todos estos sentimientos dentro de mí? ¿Por qué no preguntarle si no cree que todo esto se deba a que no lo apagamos bien? ¿Por qué dejarlo solo en el recuerdo cuando se puede cambiar? ¿Por qué a cada palabra que escribo pienso que lo mejor será borrarla pero aún así sigo? Creo, que es porque estoy actuando sin hacer caso del miedo, que era el único que antes me limitaba. Creo… que por fin me atrevo a dar el salto.
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