18 de diciembre de 2013

Morfeo y el espectro

No pertenecer a ningún lado. Sé que sabes lo que es eso. Que todo de vueltas a tu alrededor y tú te pierdas por un lado. Que el pasado se vuelva continuo y el presente tan abstracto. Que te bañes todas las mañanas con el agua fría que tanto te gusta y nadie te esté esperando. Cuando lo cierto es que cuando yo vuelvo a la habitación siempre está tan vacía. Parece que no queda nadie, ni siquiera los fantasmas…

Ahora se habla tanto de fantasmas, me los mencionan tanto a cada hora. Y yo solo quiero que paren y se callen. Que se callen y me dejen sola, que con lo sufrido durante años mudos ya tengo bastante. Que muda y ciega fui ya a tantas partes… Porque es pisar la calle y sentirte en cada esquina, pensarte sin pensarlo, no quererte por si acaso, que tu espectro se aparezca y le salude sin mirarlo.

Son tantas las cosas que nunca me atreví a decir. Que nunca me atreví a sentir por si solo estabas de paso. Tenemos que dejar de ser tan tú y tan yo y tan nosotros. Tenemos, y rectifico ya en el tengo, porque tengo que tenerte sin el té de las siete. Sí al té de tenerte. Pero no, ya no se puede, ya no somos nadie, ya no somos, ya no soy nadie. A veces creo que no soy ni yo, que en realidad tu fuiste Morfeo y yo fui el espectro.



Nana insomne - Vetusta Morla

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