16 de junio de 2014

Blanco y azul

Me han vuelto esas ganas de leer a Cortázar, de volver a París y a hace veinte años antes de que nacieras tú. Aunque qué sentido tiene eso si entonces todavía no había salido a la luz, que  yo seguía navegando en esas aguas profundas con mi submarino sin nada de súper. Y ahora me gusta ir a ese bar porque se escucha mucho a ese supersubmarino, ¿o era Supersubmarina lo que se escuchaba y yo me equivoque con el  bar de otra esquina?

El hecho es que haces que vuelva a tener un suspenso tras otro, y ya no tengo el alma para fiestas, al menos no si no hay alcohol. Y ¿cuántos sucesos? ¿Cuántos hombres? ¿Cuántos tantos tengo que marcar para que esto no se vuelva a deshilachar? Porque sabes bien que nunca fui muy buena en este juego y el suspenso siempre me he llevado yo.

Anoche creo que el cielo me habló, pero di por hecho que mentía. ¿Quién sino sería capaz de hacerme el odio desde la otra orilla? Porque yo quiero escuchar tu mentira en versión acústica, con las luces bajas y la música apagada. O con las luces apagadas y la música bajita. Eso lo dejo a tu elección.

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