14 de septiembre de 2014

De razones y pálpitos

Repasando entre las viejas hojas de nuestro libro desgastado me pregunté a dónde fuiste a parar aquel día de lluvia y camino encharcado. O qué pensaste cuando tuve que bajar a ese tren tras esa noche incendiaria en tu piso estando en pleno abril.

Han sido muchas las veces que tuve dudas y eché a correr, tantas otras las que siempre me pregunté "¿y él qué?", porque siempre había una duda sobre lo que realmente pensabas cuando te dejé ir. Pero ahora eres tú el que me ha dejado ir, o vuelve a ser al revés y yo ni siquiera me enteré. 

¿Cuándo fue la última vez que vi tus ojos pardos con esta luna y este cielo y con este pedacito tan nuestro? Ya no sé, no sé. No sé si llegaste a enterarte que la yaya está bien, que dentro de mí sigue esa ausencia notable cada vez que abro la puerta o mire por los suelos buscándole. Ya no sé si tuviste noticias de mis notas o si es que alguna vez llegué a importarte; que a cada día que pasa más ganas tengo de seguir hacia delante, que sé que dentro de un año todo será tan diferente que dudo que vuelva a encontrarte. Quizá espere el choque frontal de tu puerta en mi cabeza para así darme cuenta de que ya no estás, de que la luz que tenía por vida se apagó y ando dando palos de ciego sin razón. Pero qué es la razón sin amor en esta vida para darle un pálpito a cada abrazo, una arritmia que se cura en cada beso y un desmayo a cada roce de tus manos.

 Humming - Jónsi

No hay comentarios:

Publicar un comentario