24 de marzo de 2017

St. Patrick's Day 2

Hoy he vuelto a ver el mar tras meses varada en esta casa.
Y no me refiero al agua de sus ojos.
No.
Esta noche dejé que me adentraran y rompieran el alma
y por la mañana, tras algo de resaca,
el autobús 183 subió a una colina tal alta
que pude ver todo Londres despertar y, al final,
atisbé la fina línea que lleva hasta el mar.

Todo esto sucedió tras los mismos acontecimientos de hace un año,
siendo mi escenario un lugar más frío y decadente,
más sucio y con más gente,
donde cambié el verde de sus ojos por un azul transparente.

Yo, que siempre le tuve miedo a los portadores de colores fríos
acabé concluyendo que esto se dio por tenerme más miedo a mí
que a él.

Porque esa noche mis manos pasaron a convertirse en otras manos,
al igual que mis labios, mis piernas y mis brazos.
Tuve miedo, de quedarme náufraga en esta isla lejana,
y no volver a ver su cara entre sábanas por la mañana,
De que su principio del final acabara sin mí en el capítulo final,
y que yo no tuviera cabida en los comienzos que le quedan por versar.

Londres - McEnroe

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