2 de diciembre de 2012

Llámame sin ll

Quiéreme hasta que el viento nos deje sordos.
Quiéreme hasta que partamos la cama en dos.
Quiéreme hasta que el para siempre se quede sellado en nuestros labios.
O hasta poder decir un te quiero sin que sonemos ebrios.
Quiéreme como yo te quiero, porque solo entonces seré capaz de volver a escuchar mi corazón latir.



O sino, llámame sin ll.


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